Con todos los sentidos

Esta vez nuestra aventura fue de navegación y contemplación, absolutamente deliciosa y relajada, al mejor estilo “adulto-contemporáneo”: Nos fuimos en un full day a la Isla de Coche en el trimarán North Star de Catamaranes del Caribe. Sólo para 30 personas.

Por: Karina López, publicado en la revista Clase Turista octubre 2008.

Como todo destino turístico que se precie, la Isla de Margarita ofrece gran cantidad de aventuras (para público eventualmente de todas las edades). Cada atracción resulta ideal según lo que cada quien esté buscando: De allí que es muy importante saber exactamente en qué consiste la oferta turística de la que se dispone y tomar una decisión de compra después de estar absolutamente seguro de la actividad que se va a realizar.

Aunque este es un axioma universal, en Catamaranes del Caribe es particularmente importante: la empresa ofrece varios productos, y la logística, la ruta y el performance en cada uno es completamente diferente. Aquí les contaremos nuestra experiencia a bordo del trimarán North Star.

Nuestro guía fue el inigualable Carlos “Morocho” Mujica, músico de profesión (para más señas percusionista, con el único que no ha tocado es con Rubén Blades) con 30 años en el turismo tanto nacional como internacional, casi 5 años en la ruta a Coche y un conocedor apasionado de la historia de Margarita.

Durante toda nuestra travesía el sol refulgía en el cielo, sobre un fondo impecablemente azul, mientras la brisa soplaba con fuerza y el agua era de un precioso aguamarina intenso, que en algunos sectores se hacía más oscuro: Toda la exhuberancia y los colores del mar del trópico explotaban ante nuestros ojos… Una verdadera bendición de la naturaleza. El bar abierto de bebidas nacionales nos mantuvo siempre frescos.

Mar adentro

Zarpamos del muelle de La Isleta y navegamos “a velocidad de crucero” durante 1 hora y 20 minutos, hasta llegar al punto en el que haríamos snorkel: Punta de Chivatos (mejor conocido como Piedra Negra). Allí anclamos el trimarán y nos sumergimos por media hora en un arrecife de coral, a una profundidad de aproximadamente dos metros y medio.

Después navegamos 1 hora y 20 minutos más, a la misma velocidad que antes, bordeando toda la costa sur de la Isla de Coche -territorio famoso por los llamados vientos salvajes, por su producción de sal y sus comunidades de pescadores-, pasando por pueblitos como Zulica, El Amparo, Guinima, El Bichar y Guamache. Los pescadores estaban en sus faenas diarias, y era todo un espectáculo ver cómo revoloteaban los pelícanos y por momentos se volvían “domésticos” mientras los hombres de mar limpiaban el pescado en sus barcos.

Del otro lado del trimarán veíamos tierra firme (específicamente la Península de Araya y el Golfo de Paria) y pasamos frente a dos islotes que no aparecen en el mapa: Lobo y Caribe. Vimos gran cantidad de peces que se deslizaban sobre el agua como si por momentos bailaran sobre ella, y Carlos nos explicó que se llaman “Maraos” (así mismo hay un pez volador -con alas y todo- que se eleva hasta 200 metros). En época de sardinas -según nos dijo nuestro guía- también se pueden ver delfines.

Al mediodía llegamos a Playa La Punta en Coche, aguas cristalinas bordeadas de interminables metros de arena blanca en todo su esplendor. Después de instalarnos en nuestras tumbonas frente al mar, pasamos al restaurante y disfrutamos de un delicioso almuerzo tipo buffet. Descansamos un par de horas en la playa y nos devolvimos a nuestro punto de partida.

El viaje de regreso lo hicimos con las velas recogidas, y la velocidad del trimarán era sensiblemente mayor. Incluso la música era latina. El ambiente que se logró era completamente diferente al de la mañana. Esta vez la embarcación hizo la ruta regular, a motor, directo desde Coche al muelle de La Isleta (más o menos 1 hora). Cuando el tiempo lo permite, el North Star pasa frente a Playa El Yaque para que los turistas se puedan deleitar con el espectáculo visual que ofrecen el windsurf y el kitesurf.