Creando Impacto Social


Con una visión que trasciende las fronteras de la empresa y se apoya en un incansable equipo profesional y multidisciplinario para construir día a día el país que todos queremos, la recién fundada Universidad Corporativa Sigo marca pauta en el mercado venezolano y, desde ya, forma mejores seres humanos en todos los ámbitos de la vida.

Por: Karina López - Publicado en la Revista Producto marzo 2008

Una iniciativa de capacitación con matices muy particulares acaba de nacer en la Isla de Margarita: la Universidad Corporativa Sigo (UCS), una comunidad de aprendizaje para los empleados de SIGO y que se extenderá a la comunidad.
“La UCS promueve la investigación y la propuesta de buenas ideas, busca desarrollar la formación de líderes como agentes de cambio, así como fortalecer la ciudadanía corporativa”, explica su gerente Yenis Carmona.
“Una Universidad Corporativa de este tipo no existe en Venezuela. Hay tímidos acercamientos en muchas empresas, pero más bien desde sus departamentos de entrenamiento, no con este alcance. Algunas empresas de retail se han acercado a nosotros y quieren participar”, agrega Gustavo Pérez, gerente de Mercadeo de SIGO.

Nuevo modelo
Adicionalmente a la capacitación para el tren gerencial de la empresa -que es lo que caracteriza a las grandes universidades corporativas, como la de IBM, la de Shell, la de Xerox, la de Caterpillar o la de Motorola, entre otras-, la UCS abarca todos los niveles de la organización. Arianna Martínez, directora de Capital Humano de Sigo, explica: “No existe mucha experiencia en universidades corporativas masivas, que además incluyan programas para personas con bajo nivel educativo y pocas competencias, pero para nosotros no tenía ningún sentido una iniciativa de esta magnitud sólo para el grupo gerencial, que es el más pequeño”.
Es así como carniceros, cajeros, pescaderos, panaderos, pasilleros y todo el personal de base de SIGO -muchos no son bachilleres- constituyen el capital humano que la UCS está formando, no solamente en oficios técnicos para esta empresa, sino en otras competencias de empleabilidad para el mercado laboral general.
Maestría personal, pensamiento gerencial, análisis sistémico, computación, lógica, comunicación, toma de decisiones, trabajo en equipo, son algunos de los módulos. “Para entrar a la UCS no se requiere ningún tipo de título previo, pero se otorga la certificación cuando, como mínimo, se es bachiller. Tenemos personas que asisten a nuestros programas y, paralelamente, sacan el bachillerato”, comenta Martínez.
La UCS valora al factor humano como eje diferenciador de toda esta iniciativa, lo que significa énfasis en aspectos actitudinales, valores y sensibilidad social. “Nos centramos en el desarrollo personal como punto de partida de las demás destrezas y motivaciones, pues es muy difícil que haya un cambio real, si primero no hay una transformación interna. Incluso, nuestros cursos de inducción incentivan a la gente para que se conecte con su proyecto de vida. La premisa es que nadie se va a comprometer con un modelo de empresa o de país, si no tiene un proyecto personal”, explica la directora.

En materia
Uno de los primeros programas que empezó a dictar la UCS fue la Certificación en Productos Cárnicos, con el que se aprenden a manejar estándares de calidad reconocidos mundialmente. “Para materializar la UCS hemos recibido -y seguimos recibiendo- mucho apoyo de entes externos, y el know-how interno también ha sido fundamental. Los programas técnicos de la universidad fueron montados conjugando la asesoría de expertos, especialistas en diseño, facilitadores y de quienes manejan el proceso día a día en cada área”, comenta Natiana Fernández, facilitadora de la UCS.
A modo de ejemplo, el programa de Productos Cárnicos comprende cuáles son los diferentes tipos de carne -no sólo los que vende SIGO-, cómo se clasifican las reces, principios de higiene en manipulación de alimentos, parámetros de seguridad, microbiología, etc. Esta especialización está certificada por la Universidad del Valle del Momboy.
Pero además de los criterios formales, en la UCS se hace mucho hincapié en reforzar las cualidades internas de cada persona. “Nos aseguramos que todo lo que estamos trabajando en la parte técnica y/o gerencial, sea reforzado en la parte actitudinal con sentido de trascendencia, valores y sensibilidad social. Buscamos que el aprendizaje sea para la gente una filosofía de vida. Queremos que el estado de ánimo de nuestra gente sea alegría, optimismo y pasión; y que además puedan tener flexibilidad hacia el cambio y capacidad reflexiva”, asevera Sofía Rodríguez, responsable del Centro de Desarrollo Humano.
Por su parte, el responsable del Centro de Desarrollo Gerencial, Raúl Reyes, explica: “El programa de Habilidades Directivas -que queremos se convierta en diplomado- es semi-presencial, dura más de un año y tiene el respaldo de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, con la tutoría de un coach venezolano. Actualmente atienden este curso 50 personas, que después de las sesiones generales conforman 6 grupos y son monitoreados individualmente por su tutor”.

El futuro es ahora
Cuando se habla de planes inmediatos, Reyes anuncia: “Muy pronto abriremos al público nuestras charlas. Si bien con el resto de los programas de la UCS estamos haciendo ajustes, pues apenas nos estamos iniciando, las conferencias son una importante puerta de entrada a la comunidad. Hasta ahora había que irse a Caracas a escuchar a estos ponentes, pues normalmente no venían a la isla, y nos parece vital poder compartir esta experiencia con el resto de la comunidad.”
Martínez va más allá: “A largo plazo, queremos que la UCS sea una institución itinerante y que hayan salones de clase en cada una de nuestras sucursales a nivel nacional. Esta universidad es un instrumento para generar capital social. Por ejemplo, en este momento estamos abriendo un programa de formación para líderes comunitarios (en alianza con la Universidad Simón Bolívar), y están en marcha programas para dos consejos comunales de la Urbanización José Asunción Rodríguez”.
La UCS adelanta otros convenios, entre ellos con la Universidad Valle del Momboy, ubicada en el estado Trujillo (también con orientación comunitaria) y con Diageo (principal proveedor de SIGO), en relación a un programa de formación de bartenders, dado que “la isla de Margarita necesita gente detrás de las barras”.
Con la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile, la propuesta es comenzar el diplomado de gestión de retail (con e-learning, modalidad semi-presencial), y a través de su Escuela de Gobierno se trabajará el tema de gobierno corporativo, psicología social y responsabilidad social.
Pero Martínez nos explica que además de las alianzas, hay otros proyectos para 2008. “La idea es que la UCS sea, además de un espacio de formación, un centro activo de creatividad e innovación. Además de nuestro propio Centro de Investigación y Desarrollo para identificar y aplicar las mejores prácticas de negocio a nivel mundial, este año queremos abrir cursos de verano para estudiantes universitarios en los que podamos generar ideas para encontrar la mejor solución a casos de la vida real. La creatividad siempre tiene gran utilidad, aunque la idea no sea factible.”